Mi vida sigue en mantenimiento... a veces me siento que ya quedó lista y llegan sorpresas... de pronto todo da un vuelco que se siente como cuando te lleva una ola en revolcadero... muy calmadita la playa, tranquilita pero si no te cuidas zaz!
En este mismo instante, me encuentro en un punto en el que mejor dejo que me lleve el mar, a ver que destino me pone, las fuerzas para nadar a la orilla se terminaron, bueno, aun las tengo pero no sé si vale la pena desperdiciarlas en querer regresar a la orilla o si las guardo para cuando en medio del oceano vea una isla.
El problema es que no veo a nadie en la orilla. En el hotel estoy a salvo y me gusta ir de vez en cuando a comer, pero no quiero quedarme ahi, todavía hay muchas cosas que quiero hacer antes de regresar y me he hecho tan dependiente de este salvavidas que en cuanto una ola me lo quita no sé qué hacer. Podría nadar, pero prefiero los flotis, me gustan...
