Si vivieras cerquita mio

Ernesto Morosini, 2005.

Si vivieras cerquita de mi casa estaría contigo todo el día, te visitaría a diario, mejor aún, me quedaría a vivir contigo o te invitaría a mi casa para compartir los días con sol o lluvia, con neblina y con frío, quizás algunas noches estrelladas con luna llena o tal vez una noche nublada donde las únicas estrellas que brillen sean las de tus ojos y los míos.
Nos quedaríamos navegando en las sábanas de la cama hasta bien entrada la mañana. El desayuno nos esperaría en la mesa, frutas de temporada, un café con leche para mi y un expreso para ti. Te llevaría de paseo al lago y al mar, visitaríamos la selva, las dunas de la playa, escuchando canto de los caracoles en nuestros oídos y el viento impetuoso confundiendo nuestra piel con el vestido.
Si vivieras cerquita mío no te dejaría nunca, te llenaría de besos las manos, los pies y las rodillas. Bebería el dulce néctar de tu vientre y peinaría tus cabellos con caricias frescas, llenas del rocío matutino. Guardaría tu sombra y la mía en un cajón del armario para que no estorben a la hora de amarnos. No tendríamos gatos o perros de mascotas, solo nos tendríamos a nosotros mismos, nuestra imagen en el espejo, nuestros ojos, mi espalda y tu cintura, la ropa cansada que nunca usaríamos, los sueños nuevos tejidos sobre el piso y las paredes de barro, los dedos entrelazados de tus manos con las mías, el polvo del reloj cubriendo nuestro tiempo, nuestra vida, a cada día, como una bella melodía, de verdad te lo digo... si solo vivieras aquí conmigo...